sábado, 17 de abril de 2010

VENTA NUEVA – 1961
0 FIESTA MAYOR DE VERDIALES

     Si hacemos cuentas de las ediciones de nuestra Fiesta Mayor de Verdiales, organizada con el apoyo del Excmo. Ayto. de Málaga, y partimos de que hemos realizado la edición XLVIII (48) en 2009, llegamos a la conclusión de que la 1ª edición contabilizada fue en 1962, aunque ya se habían realizado otras dos (1961 y 1960 en Venta Nueva).

Venta Nueva
     Estas 48 (más 2) ediciones son siempre referidas a las que promovían el Excmo. Ayto. de Málaga; ya sabemos que esta tradición es mucho más antigua y que se venían realizando sin el apoyo de ninguna institución y ni falta que les hacían (aunque hoy día si sea fundamental).

     Refiriéndose a esta edición (que yo llamo 0) de 1961, he encontrado dos artículos de  periódicos distintos. El que viene a continuación es del periódico ABC, escrito por Agustín Souviron, y al que ya le dedicara también un artículo nuestro amigo (desaparecido de la blogosfera, ¿estará enfermo?) RedVerdialera.

     ABC. 30 de Diciembre de 1961, págs. 101 y 102. Agustín Souviron.
ABC en Málaga: Los Verdiales, en auge

Málaga 29. (De nuestro corresponsal). El Día de los Inocentes era tradicionalmente de gala en los montes de Málaga. Las pandas de Verdiales, de los Tontos o de los Inocentes, se derramaban con sus sonajeros, sus violines y sus guitarras por ventas y cortijos. Venían de los lagares donde antaño el moscatel y el Pedro Ximén se pisaban al viejo estilo, y el trago de Seco de los Montes calmaba la sed de muchas horas de andadura y de fiesta. Alguien me aseguraba cuando era niño, en el cortijo “El Boticario”, que los sombreros de palmas adornados con espejos y cintas multicolores tenían un antecedente romano y que los mismos cánticos nada tenían que ver con el flamenco. Se remontaban, según erudito bastante concienzudos, a la dominación romana. Y los timbales, los panderos, los platillos de bronce y otros instrumentos musicales podían ser aditamento posterior. Yo he dejado siempre que discutan los eruditos y cada año subía a las viejas Ventas de los Montes. Allí, entre el olorcillo fino y penetrante del tomillo y la retama, el rasgueo de las guitarras ponía una melódica entonación al consumo del rico lomo y del vinillo de los montes. Y mientras, las pandas desfilaban cantando historias de amoríos, enalteciendo a personalidades, o picardeando cuchufletas de antaño. Los espejos brillaban al sol desde las cabezas recargadas de avalorios y de cintas multicolores. Los “alcaldes” o jefes de las pandas cruzaban sus banderas mientras realizaban un simulacro de desafío. La batalla era puramente folklórica y si no llegaba la sangre al río llegaba el vino a las venas, que para eso los invitados eran pródigos y no había miseria a la hora de los convites. El cántico de verdiales estuvo a punto de desaparecer hasta que la Sección Femenina lo sacó de su partido, de sus lagares para expandirlo a todos los públicos del mundo. Ahora, la fiesta vuelve a adquirir su tono. El alcalde de Málaga, tan fino catador de la esencia popular y tan interesado en mantener las tradiciones, dio de regalo para la mejor “panda” una bandera bordada que es el instrumento rector y la enseña “mater” de cada panda. La Delegación de Información y Turismo concedió otro trofeo y la Diputación y varios particulares sendos donativos. Resultado: éxito sensacional. Cientos de coches en la explanada de la Herradura, miles de personas, entre los cuales abundaban los inevitables turistas con sus máquinas de fotografía y sus sombreros de ala ancha, que usan más que los indígenas. La fiesta es indescriptible. El Jurado, que presidía personalmente el alcalde, con un grupo de selectos conocedores del viejo folklore de los verdiales, pasó sus apuros. Al fin hubo premios para todos. Al anochecer emprendieron las pandillas su regreso a los lagares y partidos.

Iban hacia Roalabota, hacia Verdiales, hacia Galway y la Venta de la Nada, hacia “El Boticario” y “El Santo”, los hombres lleno de júbilo, cantando incansablemente con la color subida por el vinillo tierno y el alma agradecida de que se hayan acordado de ellos las autoridades. Los de la bandera ganada le dieron una “fiesta” o exhibición especial al alcalde y le dedicaron una copla sencilla y colosal a un tiempo. Málaga revive con los “Verdiales” una de sus mejores tradiciones. Frasquito Cuenca, el más viejo ventero de los montes, que tiene ochenta y dos años y parece un chaval, me los dijo emocionado: “Nunca entraron los violines como este año.” “Nunca los juegos tuvieron tanto ajuste,” Son frases de un lenguaje misterioso y extraño que sólo conoces ellos: los auténticos catadores de la poesía única del cante de Verdiales. – Agustín SOUVIRON.


Recorte del artículo original. ABC

     Es curioso como Frasquito Cuenca, comenta “Nunca los juegos tuvieron tanto ajuste”. Parece ser que se celebraban juegos (a estos juegos se hace referencia en el artículo anterior) también durante el día de la Fiesta Mayor, habrá que recuperarlos, ¿no?

     El mismo día en el periódico La Vanguardia aparece otro artículo referido al mismo evento, de manos de la Agencia Cifra.

     La Vanguardia. 30 de Diciembre de 1961, pág 7. Agencia Cifra
Málaga, 29.- El concurso de verdiales, organizado por la Delegación Provincial de Información y Turismo, se ha celebrado en Venta de Vargas, sita a pocos kilómetros de esta capital.

Los verdiales son fandangos o malagueñas que se cantan y bailan por las llamadas “pandas de inocentes”, y constituyen por su simplicidad y sencillez el más puro folklore que recoge una tradición antiquísima.

Las pandas están formadas por ocho personas que portan violines, guitarras, platillos y panderos, así como el abanderado y el “alcalde” con su vara engalanada. Todos llevan unos sombreros adornados con espejos, flores, cintas con nombres de mujer y graciosas dedicatorios. Asimismo llevan pantalones de pana y faja.

En este concurso han tomado parte seis grupos consistente en ponerse una panda frente a otro y comenzar a tocar, cantar y bailar los verdiales malagueños, y el que pierde el ritmo por cansancio queda eliminado, resultando vencedora la que resista más. Por eso, el concurso tiene mucho de duración.

Resultó ganadora la panda de Antonio Fernández, que obtuvo una valiosa bandera bordad, donada por el Ayuntamiento, y un importante premio en metálico. Para los demás grupos también hubo premios del Ayuntamiento, Delegación de Información y Turismo y algunos particulares. Este concurso hacía ya varios años que no se celebraba. Cifra
Recorte de La Vanguardia

3 comentarios:

PandaVerdiales dijo...

Estupenda entrada, Jose María.

Me quedo con lo escrito por La Vanguardia. Si resumimos se puede deducir lo siguiente:

1.- Las pandas iban con 2 guitarra y 2 platilleros, 1 violín, 1 pandero, Alcalde y Abanderado. Me refiero al apunte de la composición por 8 personas.

2.- Uniforme, al parecer ya llevaban "faja" y el sombrero era fijo.

3.- El encuentro es un choque, nada que ver lo de hoy en día.

Lo mas parecido, Benagalbón y me parece que será lo que se imponga.

Saludos

Porverita dijo...

La Agencia parece que informa con más exactitud y menos entusiasmo que Souviron, pero ambos documentos son muy ilustrativos.

Eso sí: según el primero todos se llevaron premio; según el segundo, el triunfo -la bandera- fue para la panda de Povea.

Lo que no me queda claro es la geografía, que para eso soy forastera: la Venta Nueva, la Venta de Vargas y la Explanada de la Herradura ¿son la misma cosa?

Gracias por compartir la hemeroteca verdiales con todos nosotros.

Violín SantaCatalina dijo...

Muchas gracias, PandaVerdiales y Porverita.

La Herradura creo que es una zona junto a Venta Nueva, según he podido consultar en un mapa. Lo de Venta de Vargas todavía no he podido confirmar que se trate de Venta Nueva, desde que lo lei estoy intentando confirmarlo con gente de la zona.

Saludos