miércoles, 24 de marzo de 2010

Cómo nos vieron y qué publicaron (I)
Festival de Verdiales en Málaga (España)
28 de Diciembre de 1971
(6ª y última parte)

     Tras el buen repaso por todos los instrumentos y por los arcaicos orígenes de la Fiesta de Verdiales, se adentra en los tres estilos, vestimenta y el gorro de Verdiales. Al hablar de los estilos, parece apuntar que el estilo de Montes es el más antiguo.

Existen tres estilos principales de Verdiales en consonancia con las regiones en las sierras ubicadas detrás de Málaga. Estas regiones son: Los Montes de Málaga que comprenden las montañas al norte de Málaga; la Región de Vélez o planicie al este de Málaga, junto a los bancales del río Vélez; y la región al oeste de Málaga. La región de Vélez dice haber sido la que originó la música de los verdiales. Allí, el ritmo es mucho más rápido. En efecto, esto no es un añadido a su encanto. La música de los Montes de Málaga parece ser la que posee un estilo y ritmo más adecuado, y su audición repetida confirma esta impresión. Realizar una descripción técnica de esta música en sí es algo que va más allá del alcance de este artículo. Esto es un asunto a tratar por un especialista.

El atuendo de las pandas es importante, ya que los gorros de Verdiales, esos “sombreros mágicos” o sombreros de flores, relacionan a sus portadores con otro ritual de hombres danzantes en Galicia, Almonacid del Marquesado, Verín; con los danzantes ingleses; con los Calusaris rumanos y con los “osos danzantes”; los Russalii Búlgaros; con algunos rituales yugoslavos de mujeres danzantes de la primavera, y con otros muchos a lo largo del continente.

En una fotografía antigua que me mostraron hace ya diez años, los verdialeros vestían camisas blancas de algodón y pantalones, un gorro de verdiales y llevaban un bastón en cada mano [and held a stick in each hand]. El color blanco podría encajar en su función de espíritus de la vegetación, o como la regeneración de la naturaleza, tal y como las implicaciones del ritual parecían señalar.

El gorro de verdiales merece un examen más detallado debido a su simbolismo. Entre “lo folclórico” tradicionalmente, una rosa significa una mujer; un clavel significa un hombre; una margarita es la perla del mar (emblema de la resurrección y conectado con Venus -Afrodita-); una eglantina de cinco pétalos es una flor de la luna, y el número cinco está además relacionado con la luna y con el agua; los festones de perlas de vidrio representan las gotas de lluvia, como es el caso de las perlas de los Calusaris rumanos, en los que no hay duda de que las llevan en su sombrero por el mismo motivo: la fertilidad de los campos. Desde hace milenios, la piña procedente de las coníferas ha representado a la abundancia o a la fertilidad; las estrellas de mar poseen cinco brazos que representan al agua y que están relacionados con la luna, las panderetas son símbolos lunares, tal y como hemos visto, y además son símbolos femeninos, mientras que los espejos son profilácticos y evitan la influencia del demonio. Los espejos estaban cosidos con cintas de colores o bordados en sus bordes con material hermoso. Todos estos amuletos de buena suerte se colocaban para asegurar la plenitud y la fertilidad de los campos y el ganado a través de la “magia simpática”. Las numerosas cintas de colores de tres pulgadas de ancho que caían sobre los hombros y espaldas de los hombres indicaban que ellos estaban, o que deseaban estar, en contacto con los espíritus de los tres reinos: la tierra, el mundo viviente y las “regiones superiores” o esferas. Muchas de las cintas tenían flores de cinco pétalos bordadas sobre las mismas.

Cuestiones tales como de dónde habían obtenido ese tipo de gorros siempre implicaban la respuesta de que las esposas “los habían hecho en casa”.

Tras la recogida de la aceituna, la danza de acción de gracias es tan importante como la música en sí. Ellas van juntas. Los bailes son circulares, los dos primeros versos representan hexágonos ú octágonos, y ambos son números sagrados referidos al sol. Los dos últimos versos se producen en una formación de “radios de rueda”, que también es un símbolo solar, particularmente el último verso representa una rueda girando. La importancia del sol en este caso resulta obvia. Los pasos son difíciles y cansan al que los ejecuta. Una pierna debe cruzar por encima de la otra rápidamente, mientras que se realiza un rápido cambio de peso del cuerpo desde la pierna que sustenta al cuerpo hacia la espalda y se gira de lado de forma peculiar. Cada pueblo posee su propia versión, al igual que sus propios vestidos. La Sección Femenina posee una buena colección de estos vestidos usados por sus propios grupos. Difieren de los de la ciudad de Málaga, los cuales datan del siglo dieciséis, cuando la moda estaba muy extendida en la mitad sur de España.

Un pueblo favorece las diagonales y los rombos en colores brillantes en un fondo mostaza. Otros prefieren colores más moderados. El más hermoso de todos ellos era el de Aguedita con rayas verdes y blancas, que todavía es el vestido de un pueblo.

Lo que he descrito es tan sólo una pequeña parte del festival de Verdiales, del que fui testigo. Todo ello sugiere que hay todavía mucho más acerca de la música, danza e implicaciones de esta fiesta que deben ser estudiadas, y que conectan las reminiscencias de un rito agrícola obviamente antiguo con otros rituales que se extendían por toda Europa. Con este objetivo en su punto de mira, una buena parte de la investigación ha sido cubierta por las investigaciones de Violet Alford, que intentó realizar un mapa de estos rituales. A pesar de las limitaciones de mi trabajo, le dedico el presente artículo a ella, por haber sido la primera persona que despertó mi interés por el folclore.

     A continuación os cuelgo el artículo original, extraído de la revista FOLKLORE Volume 83 - Winter 1972, publicada por THE FOLKLORE SOCIETY.

     Simplemente recordar que todo este artículo no hubiera sido posible sin la gran ayuda de mi amigo y compañero de Fiesta, Eduardo García "El Catalán", quien se ha currado toda la traducción del artículo.

Lucile Armstrong

7 comentarios:

Porverita dijo...

Relacionar a los fiesteros con los "osos danzantes" es la primera vez que lo leo :-)))

Porverita dijo...

Me ha encantado todo el artículo.
Muchas gracias a los dos, pues sé lo duro que es trasladar a buen castellano las cosas escritas por extranjeros.

Supongo que viniendo de un "fiestero" habrá interpretado bien todos los términos peculiares de la fiesta.

Ahora me toca volver a leer el artículo en inglés.

Salud.

Violín SantaCatalina dijo...

Muchas gracias, Porverita.

La traducción se ha hecho de una forma bastante rigurosa, buscando siempre la interpretación dentro del los términos fiesteros, no obstante, si ves que algo es incorrecto o mejorable, no dudes en decírmelo.

En dos ocasiones, he dejado el texto literal junto al texto traducido, porque no hemos encontrado traducciones que se acerquen a términos fiesteros y entendemos que la traducción mostrada puede no ser del todo correcta.

Espero que alguien nos pueda sacar de estas dos dudas.

Saludos

Juan dijo...

Extraordinario trabajo, mi mas sincera felicitación ha ambos, que sin este trabajo maratoniano que estais haciendo, no aprenderiamos tantas cosas de nuestro folcrore.

BUeno yo la lectura del original en ingles, lo voy a dejar para otra ocasión, ja ja ja.
Gracias Jose Mari. Un abrazo, Ah y nos vemos el domingo en la ermita.

Porverita dijo...

No creo que se pueda mejorar la traducción, pues para traducir bien, lo primero que hay que conocer de primera mano es el tema qué se está tratando, y ahí nadie os hace sombra.

Miraré ese par de cosas, pero dudo de que yo pueda aportar nada.

Gracias de nuevo por ese "trabajazo"

Salud.

Unknown dijo...

Muchas gracias a tí, Porverita, por leer el artículo y por tus comentarios. En primer lugar, quisiera disculparme por tardar tanto en constestar, pero mis obligaciones cofrades en las primeras semanas y las laborales después no me han dejado demasiado tiempo para consultar el blog de mi buen amigo y hermano en la Fiesta José María.
Se ha traducido, como bien dice José María, de la forma más rigurosa posible, aunque bien es verdad que el hecho de que sea una persona no vinculada a la Fiesta hace que, entre la barrera idiomática y la de la jerga propia de los fiesteros, le cueste trabajo relatar algo que, en principio, le resulta totalmente ajeno. En cualquier caso, las imprecisiones que podáis encontrar en la traducción son de mi entera responsabilidad.
Por cierto, no es por echarle flores, pero la labor fundamental aquí la lleva José María, ya que ha sido él el que encontró el artículo y el que se ha encargado, con la pasión y el altruismo que lo caracterizan, de publicarlo. Mi labor, en todo caso, ha sido meramente auxiliar, por lo que los méritos, repito, son, como no, del autor de este magnífico blog sobre la Fiesta de Verdiales.
Muchas gracias por todos los comentarios, un abrazo, y espero que podamos conocernos personalmente.
Eduardo

Unknown dijo...

Juanele, muchas gracias también por tus comentarios, y, aunque me vuelva demasiado repetido, insisto en que aquí el mérito es principalmente de José María. Para mí siempre es un placer trabajar en equipo con él, sabiendo que el trabajo que hagamos está en las mejores manos, como bien puede atestiguar nuestro buen y común amigo Andrés Jiménez.
Un abrazo muy fuerte y a ver si coincidimos de Fiesta en unas fechas que no sean en plena Semana Santa.
Eduardo